Era precambica:

Es el periodo más primitivo de la Tierra, se inició hace unos 4.500 millones de años, lo que supone la edad de la propia Tierra, y terminó hace unos 600 millones de años. Las informaciones que se poseen sobre este prolongado intervalo de tiempo son escasas y fragmentarias. Se trata de una era de grandes convulsiones, debido a la existencia de enormes presiones y elevadas temperaturas, en el seno del planeta, por lo que su estudio es muy difícil. Los hallazgos de fósiles se reducen a algunos invertebrados y algas y a diversas cianofíceas y bacterias (micro-paleontología). La sucesión de formaciones en este periodo se basa en su examen estructural en relación con las discordancias y las intrusiones de carácter ígneo. Las formaciones de origen precámbrico se encuentran ampliamente distribuidas en todo el globo. Estructuralmente se localizan dos tipos de zonas: en el interior de cordilleras parcialmente denudadas y en amplias áreas de escasa elevación (escudos). Asimismo, la actividad volcánica en este período fue muy intensa, por lo que muchas de las rocas que corresponden a esta era son de origen plutónico. Los sedimentos predominantes consisten en gravas y areniscas. Tres fases se pueden distinguir en este periodo. La primera de ellas es la prearqueozoica, cuyas rocas más antiguas datan de una época comprendida entre los 3.700 y los 3.400 millones de años. La fase arqueozoica, que se desarrolla entre los 3.400 y los 2.500 millones de años, es de hecho una etapa de transición en la que la Tierra inicia su consolidación. Debió existir en ella un único océano y, en consecuencia, un solo continente. Se sospecha la existencia de posibles indicios de vida, aunque solamente a nivel bacteriano. La tercera fase, la precámbrica o proterozoica, dura aproximadamente unos 2.000 millones de años y se desarrollan en ella diversas orogenias. Su inicio viene señalado por un resquebrajamiento de la corteza granítica y por la aparición de procesos de sedimentación, sobre todo de dolomitas y calcitas. En relación a los seres vivos, se han hallado un gran número de restos de seres pluricelulares, tales como cianofíceas, braquiópodos, cefalópodos, gusanos y protozoos.
Era Primaria o paleozoico:

Era secundaria o mesozoico:

Triásico
Esta denominación procede de la triple división que presentaban una serie de estratos localizados en la facies alemana, fácilmente distinguibles desde el punto de vista litológico: areniscas, calizas y margas. Su duración fue de unos treinta millones de años. Las tierras no sumergidas se redujeron en este periodo a montañas áridas y desiertos. Mientras que Norteamérica continuó sufriendo una regresión, Asia experimentó una transgresión. La Mesogea se puso en contacto con el geosinclinal himalayo pero terminó convirtiéndose en el geosinclinal mediterráneo y extendiéndose hacia el Atlántico, el norte de Alemania, Europa central e Inglaterra. El clima predominante fue cálido y seco, y la fauna, consistente principalmente en ammonoideos y belemnites; igualmente aparecieron los crustáceos decápodos, mientras que los arrecifes de coral se encontraban constituidos por celentéreos hexacoralinos. Los reptiles se diversificaron y aparecieron los dinosaurios, algunos de los cuales retornaron al medio marino, como los ictiosaurios, mientras que otros evolucionaron adoptando características de mamíferos. En la flora predominaron las gim-nosperinas, y algunas plantas se adaptaron a situaciones de sequía, surgiendo las palmeras.
Jurásico
Los mares comenzaron a extenderse en este periodo y Norteamérica se separó de la masa continental noratlántica. El mar europeo avanzó, y el mar del Norte se puso en comunicación con el Mediterráneo, llegando a invadir la plataforma rusa por el sur, para finalmente retirarse de manera progresiva, lo que permitió la emersión de Europa. El Atlántico norte alcanzó proporciones considerables. Si bien el clima fue suave, se produjeron lluvias muy intensas, que provocaron una gran erosión; ésta dio lugar a tres grandes niveles de sedimentos: el lías o rocas negras, el dogger o rocas pardas y el malm o rocas blancas. El clima permitió el desarrollo de la vegetación y aparecieron las angiospermas, es decir, las plantas con semillas y flores. La fauna marina fue abundante y predominaron los moluscos lamelibranquios y cefalópodos, que evolucionaron muy rápidamente; destacaron los belemnites y los moluscos gasterópodos, así como los braquiópodos. En Europa, los arrecifes coralinos retrocedieron. Entre los vertebrados continuaron predominando los grandes reptiles, ictiosaurios, plesiosaurios, saurópodos, dinosaurios (Brontosaurus, Stegosaurus, Diplodocus) y reptiles voladores como el Pterodáctilo. Surgieron también las primeras aves, como el Archaeopteryx, con características netamente reptilianas. En cuanto a los mamíferos, aparecieron los marsupiales.
Cretácico
En relación con la distribución de mares y continentes, cabe destacar la expansión del Atlántico sur así como también la del Atlántico norte, al mismo tiempo que las masas continentales continúan desplazándose hacia el sur. Con respecto a la fauna marina, los ammonites desaparecieron en este periodo, los belemnites iniciaron su decadencia y los braquiópodos escasearon. Si bien los crinoideos fueron perdiendo importancia, la de los equinoideos fue cada vez mayor, a la vez que experimentaron una diversificación y alcanzaron su apogeo, lo que también ocurrió con los nerineidos (moluscos gasterópodos) y los foraminíferos orbitolínidos. Los reptiles prosiguieron su desarrollo y los dinosaurios dominaron por completo la tierra firme, alcanzando gigantescas proporciones. Algunos, como el Tyrannosaurus, de 14 m de longitud y 6 de altura, eran feroces depredadores, y otros como el Triceratops, herbívoros. Surgieron también los ofidios y se desarrollaron los primeros mamíferos placentarios. En relación con la flora continental, desaparecieron las pteridospermas, precursoras de las angiospermas.
Era Terciaria o Cenozoico:

Globalmente, tanto las formaciones geológicas como los seres vivos comenzaron a adoptar formas similares a las actuales. Mientras el océano Atlántico experimentó un ensanchamiento, la India y Australia se desplazaron hacia el norte. La Mesogea o Mediterráneo evolucionó y fue reduciéndose y cerrándose debido a la unión de la India y Arabia. Paleógeno Prosiguió durante este periodo el proceso regresivo de Asia, América y Europa, y esta última terminó por emerger, a la vez que tuvo lugar la orogénesis del Himalaya y de los Alpes. La comunicación del Mediterráneo con el Himalaya se realizó a través de un estrecho brazo. Los Andes, las Rocosas, los Pirineos y el Atlas fueron elevándose. Con el clima cálido, las palmeras se extendieron ampliamente, surgieron las cactáceas y se desarrollaron las coníferas. Si bien los mamíferos habían surgido ya con anterioridad, fue en el Paleógeno cuando experimentaron una gran radiación adaptativa; aparecieron así, por ejemplo, los primeros équidos, ungulados, creodontos y lemúridos (éstos del grupo de los primates), y también los primeros camélidos, proboscídeos y rinocerontes. Algunos mamíferos regresaron al mar, como los cetáceos y pinnípedos. Aparecieron también aves corredoras, anteriores de las actuales, que perdieron progresivamente la capacidad de volar. Neógeno En líneas generales, quedó establecida la distribución definitiva de mares y continentes, aunque las costas y las montañas sufrieron notables alteraciones posteriores. Las coníferas fueron la flora predominante y surgieron las gramíneas. En el mundo animal, predominaron a partir de entonces los mamíferos, especialmente los carnívoros. Aparecieron las jirafas y los bovinos, y primates semejantes al hombre. La fauna de Sudamérica evolucionó independientemente.
Era Cuaternaria:
Se caracterizó por la presencia de periodos de carácter glaciar o glaciaciones (se considera que fueron 4: Günz, Mindel, Riss y Würm), con sus correspondientes periodos interglaciares, tanto en Norteamérica como en Europa. Por un lado, las glaciaciones produjeron una notable disminución de las temperaturas, lo que afectó a diversas especies, tanto en la flora como en la fauna, obligando a ésta en algunos casos a realizar emigraciones, y conduciendo en otros a la extinción de diferentes especies. De esta época son representantes típicos el mamut, megaterio sudamericano, rinoceronte lanudo, uro, tigre dientes de sable, ciervo gigante, etc. Por otro lado, los glaciares afectaron a las aguas marinas, el nivel de las cuales descendió y se elevó alternativamente. De esta era datan los primeros restos prehumanos, de una antigüedad aproximada de dos millones de años, correspondientes al Australopithecus y hallados en Africa oriental y austral. Los paleoantropólogos le han asignado dos especies principales: Australopithecus africanus, que habitó probablemente zonas de sabana, de baja estatura, y Australopithecus robustus, que pobló zonas boscosas del Africa austral. La capacidad craneana de estos prehomínidos oscilaba entre los 400 y 550 cm3 y el cráneo presentaba mandíbulas prominentes, gruesas arcadas cigomáticas, torus supraorbitario y acusada platicrania. La fase protohumana viene representada por el Homo habilis, también hallado en Africa. Un homínido más reciente, considerado ya como fase humana antigua, es el Homo erectus, que data de un millón de años aproximadamente, encontrado en Java y China y anteriormente llamado Pithecanthropus. Su capacidad craneana era de unos 1.000 cm3. Tras él, entramos ya en la fase humana moderna, con el Homo sapiens neandertalensis u hombre de Neandertal, cuyos restos corresponden a la última glaciación (hace unos 80.000 años) y cuya capacidad craneana era de 1.400 cm3, y el Homo sapiens sapiens u hombre de Cromagnon, con una capacidad craneana de 1.700 cm3, autor de las pinturas rupestres.
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